NEIKER estudia la distribución de garrapatas y los riesgos de sus picaduras en Euskadi
Este conocimiento resulta clave para mejorar la salud pública y adaptarse al cambio climático
Algunas especies de estos parásitos pueden ser portadoras de patógenos, como el que provoca la enfermedad de Lyme, que puede generar problemas articulares, cardíacos o neurológicos
Las garrapatas pueden ser portadoras de agentes infecciosos que representan un riesgo importante para la salud humana y animal. A medida que su población aumenta, también lo hace el peligro de propagación de enfermedades como la de Lyme, provocada por la bacteria Borrelia burgdorferi. El tiempo que la garrapata permanece adherida a la piel es un factor determinante. Se necesitan entre 36 y 48 horas para que el parásito infectado pueda transmitir la enfermedad a una persona.
Esta patología es más común en países del centro y norte de Europa, ya que en Euskadi solo un pequeño porcentaje de las garrapatas portan esta bacteria que puede generar serios problemas para la salud, pudiendo afectar al sistema nervioso central y periférico, a las articulaciones e incluso al corazón.
En Euskadi, por su parte, la especie más común de garrapata es Ixodes ricinus. Este ectoparásito, que abunda en bosques y montañas, afecta a una amplia variedad de animales domésticos y silvestres, incluyendo mamíferos, aves, reptiles, así como a humanos.
“Es la especie de Euskadi que pica con mayor frecuencia a las personas y se puede encontrar en la vegetación casi todo el año, aunque su presencia es más abundante en primavera y verano«, explica Aitor Cevidanes, investigador del Departamento de Sanidad Animal de NEIKER.
19 especies en Euskadi
En Euskadi se han identificado alrededor de 19 especies de garrapatas y, aunque existe la sospecha de que la población de estos parásitos ha aumentado en las últimas décadas, no hay evidencia científica que respalde esta creencia.
Con el objetivo de esclarecer esta cuestión, el centro tecnológico NEIKER, dependiente del departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, participa en el proyecto europeo PyrTick. Esta iniciativa, cofinanciada por la Unión Europea a través del Programa Interreg VI-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2021-2027), se enfoca en el análisis de la distribución de las garrapatas y los riesgos que suponen para la salud pública y animal en la región pirenaica de manera colaborativa.
Liderado por la Universidad de Zaragoza y con la colaboración del Departamento de Sanidad Animal de NEIKER, el INRAE (Institut National de Recherche pour l’Agriculture, l’Alimentation et l’Environnement) y los Laboratoires des Pyrénées et des Landes, PyrTick busca conocer y predecir la distribución y el entorno de las garrapatas, así como las enfermedades que transmiten a humanos y animales en el área pirenaica.
El proyecto PyrTick destaca por su enfoque innovador, que abarca una serie de acciones interrelacionadas. Entre ellas, se realizan censos sistemáticos de garrapatas en diversos hábitats y se utilizan sondas climáticas para correlacionar datos ambientales con el comportamiento de las garrapatas. Además, el estudio investiga el papel de la fauna silvestre en el ciclo de vida de las garrapatas y en la transmisión de patógenos.
«Nuestro objetivo es crear una red de vigilancia que trascienda las fronteras políticas, permitiéndonos abordar de manera integral una amenaza para la salud que no conoce límites geográficos«, añade Cevidanes.
En concreto, NEIKER llevará a cabo muestreos en puntos estratégicos de Euskadi, como por ejemplo en Urkiola, Gorbeia y el Parque Natural Aiako Harria para recoger datos que ayuden a determinar si ha habido un cambio real en la abundancia de garrapatas en los últimos años.
“Compararemos los datos actuales con información histórica de décadas anteriores para identificar tendencias y posibles incrementos en la población de garrapatas, así como en la prevalencia de agentes infecciosos que portan estos parásitos”, asegura el investigador.
Con este proyecto se espera obtener información actualizada sobre la abundancia de garrapatas y patógenos en el entorno de montaña de Euskadi y del Pirineo occidental. Estos datos permitirán desarrollar mapas detallados sobre la distribución de los parásitos y los riesgos que pueden presentar, incluyendo previsiones bajo diferentes escenarios ocasionados por los efectos del cambio climático.
Además, se elaborarán guías con recomendaciones de buenas prácticas y se llevarán a cabo campañas para aumentar la concienciación ciudadana sobre las enfermedades que pueden causar sus picaduras, así como para fomentar la adopción de medidas adecuadas que reduzcan el riesgo. El proyecto, que comenzó en marzo de 2024, ya ha iniciado su fase de trabajo de campo.
Prácticas recomendadas
Para prevenir las picaduras de garrapatas y reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por estos parásitos, el personal experto recomienda seguir estas prácticas:
- Evitar zonas infestadas: siempre que sea posible, se recomienda evitar áreas con alta vegetación, como bosques y praderas, donde son frecuentes estos parásitos.
- Ropa protectora: en ropa de colores claros las garrapatas se ven con mayor facilidad. Se recomienda llevar pantalones largos y camisas de manga larga, además de ajustar los pantalones dentro de las medias para evitar que las garrapatas lleguen a la piel.
- Uso de repelentes: aplicar repelentes de garrapatas en la ropa y en las áreas expuestas de la piel. Es importante elegir productos con ingredientes activos recomendados y seguir las instrucciones del fabricante.
- Revisión corporal: después de actividades al aire libre, se aconseja realizar una revisión completa del cuerpo, prestando especial atención a las axilas, los muslos y la zona trasera de las orejas, para detectar y retirar cualquier garrapata.
- Extracción de la garrapata: si se encuentra una garrapata, hay que extraerla lo antes posible para reducir el riesgo de transmisión. Para la correcta extracción, hay que utilizar pinzas, sujetando la garrapata lo más cerca posible de la piel y tirando de ella sin brusquedad y con tracción constante. Se debe evitar el uso de geles o aceites. Después, hay que desinfectar la zona. En caso de duda o si no se puede quitar, es necesario acudir a un centro sanitario.