Un nuevo estudio revela cómo los defectos genéticos en la digestión de carbohidratos influyen en la respuesta dietética de los pacientes con síndrome del intestino irritable

Bizkaia, Noticias

El síndrome del intestino irritable (SII) afecta hasta al 10% de la población mundial y sigue siendo difícil de tratar debido a la gran variabilidad en los síntomas de los pacientes y sus respuestas a las intervenciones dietéticas o farmacológicas

Un estudio internacional, publicado en Clinical Gastroenterology & Hepatology, muestra una mayor eficacia de las intervenciones dietéticas en pacientes con SII que presentan defectos genéticos en la digestión de carbohidratos

Esta investigación podría llevar a tratamientos personalizados para el SII, utilizando marcadores genéticos para predecir qué pacientes se beneficiarán de intervenciones dietéticas específicas

Una investigación de CIC bioGUNE y la Universidad LUM (Italia), publicada hoy en Clinical Grastroenterology & Hepatology, ha revelado que los defectos genéticos en la digestión de carbohidratos influyen en la respuesta dietética de los pacientes son síndrome del intestino irritable (SII). El trabajo abre la puerta a  tratamientos personalizados para el (SII), utilizando marcadores genéticos para predecir qué pacientes se beneficiarán de intervenciones dietéticas específicas.

El SII es un trastorno digestivo que afecta hasta al 10% de la población mundial y se caracteriza por dolor abdominal, hinchazón, diarrea o estreñimiento. A pesar de su prevalencia, el tratamiento del SII sigue siendo un desafío, ya que los síntomas y las respuestas a las intervenciones dietéticas o farmacológicas varían significativamente. Los pacientes a menudo asocian sus síntomas con el consumo de ciertos alimentos, especialmente carbohidratos, y la eliminación o reducción de estos en la dieta ha surgido como una opción de tratamiento eficaz, aunque no todos los pacientes experimentan los mismos beneficios.

La nutrigenética (la ciencia que investiga la acción combinada de nuestros genes y la nutrición en la salud humana) ha destacado cómo los cambios en el ADN pueden afectar la forma en que procesamos los alimentos. Un ejemplo bien conocido es la intolerancia a la lactosa, en la que la pérdida de la función de la enzima lactasa dificulta la digestión de los productos lácteos. Ahora, un estudio pionero publicado en la revista Clinical Gastroenterology & Hepatology sugiere que las variaciones genéticas en las enzimas humanas activas sobre carbohidratos (hCAZymes) pueden afectar de manera similar cómo los pacientes con SII responden a una dieta reducida en carbohidratos (baja en FODMAP).

La investigación, dirigida por el Profesor de Investigación Ikerbasque Mauro D’Amato del Grupo de Genética Gastrointestinal de CIC bioGUNE – miembro de BRTA -, y el Departamento de Medicina y Cirugía de la Universidad LUM, ha investigado el papel de las hCAZymes en relación con el SII. A través de una gran colaboración internacional (el consorcio GenMalCarb) y los datos del ensayo DOMINO, el equipo reveló que los individuos con variantes hipomórficas (defectuosas) en los genes de las hCAZymes tienen más probabilidades de beneficiarse de una dieta reducida en carbohidratos. El estudio, que involucró a 250 pacientes con SII, comparó dos tratamientos: una dieta baja en carbohidratos fermentables (FODMAP) y el medicamento antiespasmódico bromuro de otilonio. Sorprendentemente, de los 196 pacientes en la dieta, aquellos portadores de genes hCAZyme defectuosos mostraron una mejoría notable en comparación con los no portadores, y el efecto fue particularmente pronunciado en pacientes con SII con predominio de diarrea (SII-D), quienes tenían seis veces más probabilidades de responder a la dieta. En contraste, esta diferencia no se observó en los pacientes que recibieron medicación, lo que subraya la especificidad de la predisposición genética en la eficacia del tratamiento dietético.

Estos hallazgos sugieren que las variaciones genéticas en las enzimas hCAZyme, que juegan un papel clave en la digestión de carbohidratos, podrían convertirse en marcadores críticos para diseñar tratamientos dietéticos personalizados para el SII”, comenta Mauro D’Amato, autor principal del estudio. “La capacidad de predecir qué pacientes responden mejor a una dieta reducida en carbohidratos tiene el potencial de impactar fuertemente en la gestión del SII, mejorando la adherencia y los resultados”.

En el futuro, la incorporación del conocimiento sobre el genotipo de las hCAZymes en la práctica clínica podría permitir a los médicos identificar de antemano qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de intervenciones dietéticas específicas. Esto no solo evitaría dietas restrictivas innecesarias para aquellos que probablemente no se beneficien, sino que también abriría la puerta a la medicina personalizada en el SII. El equipo de investigación enfatiza la necesidad de realizar más estudios para validar estos hallazgos y profundizar en los mecanismos biológicos en juego. Si se confirman, este enfoque podría mejorar drásticamente el tratamiento del SII y de afecciones gastrointestinales similares, haciendo que las estrategias dietéticas y terapéuticas sean más precisas y efectivas.

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