Uvas resistentes al mildiu y al oídio para impulsar una viticultura sostenible
El centro tecnológico NEIKER participa en el proyecto europeo GRAPEBREED4IPM que aboga por el uso de variedades de vid resistentes a enfermedades para reducir el uso de fungicidas
La iniciativa contribuye a los objetivos del Pacto Verde Europeo, la Estrategia de Biodiversidad 2030 y la iniciativa ‘De la Granja a la Mesa’
Reducir tratamientos químicos, preservar el medio ambiente y mantener la calidad de la uva son los principales objetivos que marcan hoy en día la hoja de ruta de la viticultura europea. Alcanzarlos se convierte en todo un reto cuando enfermedades como el mildiu o el oídio, que pueden afectar tanto a la producción como a la calidad del producto, se controlan habitualmente mediante aplicaciones de fungicidas. En este escenario, es prioritario para el sector impulsar innovaciones que permitan cultivar con menos insumos y, al mismo tiempo, aumentar la resiliencia frente a enfermedades que afectan al viñedo.
Con este propósito, el centro tecnológico NEIKER, entidad dependiente del Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, participa en el proyecto europeo GRAPEBREED4IPM, que se centra en el desarrollo y la promoción de variedades de vid resistentes a enfermedades (DRVs, del inglés Disease Resistant Varieties), capaces de adaptarse a las condiciones del suelo y del clima de cada región.
Para ello, se investigan distintas líneas de selección que combinan resistencia genética frente a patologías, evaluando su comportamiento y rendimiento en parcelas de producción bajo condiciones reales de cultivo.
En esta línea, NEIKER, con amplia experiencia en soluciones sostenibles para el sector vinícola, ofrece apoyo técnico en la selección de plantas mejoradas y colabora con viticultores locales para identificar las variedades que presentan un mejor comportamiento frente a las enfermedades y una adecuada adaptación a los suelos y climas del territorio. “Esta labor local constituye la base para evaluar la eficacia de las nuevas variedades en condiciones reales de cultivo”, explica Ana Díez, investigadora del Departamento de Producción y Protección Vegetal del centro.
Para situar estos resultados en un contexto más amplio y validar su aplicabilidad, el centro participa en el observatorio OSCAR, impulsado por INRAE e IFV en Francia. Se trata de una red que agrupa parcelas en producción con variedades resistentes en distintos entornos europeos, que facilita el intercambio de información técnica y contribuye a perfeccionar estrategias de manejo adaptadas a diversas condiciones climáticas y de suelo.
Además, para comprender los efectos de estas nuevas variedades sobre el ecosistema del viñedo, NEIKER participa en la evaluación de la biodiversidad en parcelas con DRVs, tanto en sistemas de manejo ecológico como en aquellos de baja protección química. En concreto, se analiza la presencia de artrópodos, la microbiota asociada a la uva y otros indicadores ecológicos que permiten analizar la interacción entre las variedades resistentes y el entorno natural del viñedo. “La información recopilada servirá para diseñar prácticas agronómicas que promuevan la sostenibilidad del cultivo, reduzcan el impacto ambiental y favorezcan el equilibrio natural del ecosistema”, señala Díez.