¿Cómo evaluar la contaminación del agua de mares y costas con técnicas más eficientes y sostenibles?
El centro tecnológico AZTI participa en el proyecto europeo Monitool, una iniciativa diseñada para validar nuevas herramientas que midan con precisión la calidad y el estado de las aguas
La investigación, que en estos momentos se encuentra en fase de estudio, ha analizado más de 700 muestras con 3 técnicas diferentes
El agua de los mares y, especialmente, de los estuarios y las costas está en fluctuación constante. Este fenómeno implica una gran variabilidad de las masas de agua en el espacio y en el tiempo. Las técnicas que se utilizan actualmente para medir los niveles de contaminación no son capaces de capturar esos cambios, de manera que la calidad del agua no se evalúa con la suficiente precisión.
En este contexto se desarrolla el proyecto Monitool, una iniciativa europea impulsada por el centro tecnológico AZTI y tiene la misión de validar la eficiencia de nuevas metodologías para medir la contaminación de las aguas marinas.
El proyecto, que comenzó en 2017 y está formado por un consorcio investigador en el que participan 8 socios, busca comprobar la aplicabilidad de dispositivos de muestreo pasivo de tipo DGT (Difussive gradient in thin films) para la evaluación de la contaminación química de las aguas marinas y demostrar que se trata de herramientas más efectivas que las técnicas empleadas actualmente, sobre todo en medios altamente variables.
“Nuestro proyecto se centra en la validación de tecnologías de muestreo pasivo. Estas técnicas ofrecen una serie de ventajas frente a las técnicas tradicionales de muestreo y análisis. Los dispositivos de muestreo pasivo DGT se dejan en contacto con el agua durante horas, días, o incluso semanas, permitiendo la retención de contaminantes presentes en el medio mediante una lámina de gel/resina. Esto permite, por una parte, la detección de contaminantes a muy bajas concentraciones y, por otra, integrar la variabilidad del medio durante el tiempo de exposición en el agua. Estas ventajas son de gran interés para los programas de vigilancia ambiental establecidos en la Directiva Marco del Agua, que obliga a los países de la UE a evaluar el estado químico de sus aguas continentales y marinas”, asegura María Jesús Belzunce Segarra, química de AZTI y experta en evaluación del medio marino.
Para validar esta metodología, el proyecto ha llevado a cabo dos grandes campañas de muestreo mediante dispositivos DGT y mediante técnicas tradicionales. La primera se realizó en época de lluvias y la segunda en época seca, recogiendo muestras en costas y estuarios de 8 regiones de todo el Atlántico y parte del Mediterráneo. Así, desde julio de 2017 se han recopilado más de 700 muestras de agua, las cuales se han analizado mediante 3 técnicas diferentes para comparar los resultados obtenidos con cada una de ellas.
En estos momentos el proyecto se encuentra en fase de estudio e interpretación de los resultados, y la investigación se dará por finalizada en junio de 2020.
“Más allá de demostrar que los dispositivos de muestreo pasivo son más eficaces y precisos que los empleados actualmente, esta iniciativa apuesta por utilizar estos dispositivos en el contexto de la legislación, lo que facilitaría la consecución de los objetivos de calidad definidos por la Directiva Marco del Agua para todas las masas de agua, continentales y marinas”, añade Belzunce Segarra.
Técnica más precisa y más limpia, con menor coste
El centro de investigación AZTI trabaja en metodologías de muestreo pasivo desde hace una década. “A través de estas herramientas conseguiremos que la contaminación de todas las aguas continentales y marinas esté mejor evaluada puesto que podemos detectar concentraciones muy bajas de todo tipo de contaminantes que con las técnicas tradicionales no se llegan a detectar. Por otra parte podemos reducir costes porque reducimos la frecuencia de muestreo, el personal y el material necesario”, señala la experta de AZTI.
Estas técnicas resultan ser también más limpias y precisas, debido a que la manipulación de las muestras en el laboratorio es menor y más fácil.
El consorcio del proyecto, liderado por Dublin City University (DCU), está compuesto, además de AZTI, por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), el Instituto Superior Técnico de Lisboa (IST), el Instituto Portugués do Mar e da Atmosfera (IPMA), el Institut Français de Recherche pour L’explotation de la Mer (IFREMER), Center for the Environment Fisheries and Aquaculture Science (CEFAS) y la Università degli Studi di Cagliari.
La iniciativa, que ha sido impulsada y financiada en un 75% por el Programa Interreg Área Atlántica (2016-2020), cuenta con un presupuesto de casi 2 millones de euros.