200 millones de ayudas de un nuevo plan europeo de innovación

Álava

Una jornada impulsada por la agencia de desarrollo empresarial SPRI muestra las claves para acceder al programa Fast Track to Innovation, dirigido a productos industriales en fase inicial de salida al mercado

Jornada SpriLas empresas vascas tienen otra vía para impulsar sus negocios a través del programa Fast Track to Innovation, una iniciativa del macroprograma Horizon2020 que ofrece financiación a los proyectos empresariales innovadores en el área de la tecnología y/o tecnología aplicada, que se encuentren en su fase inicial de salida al mercado. Las claves para poder acceder a este programa que es piloto han sido expuestas este viernes en San Sebastián, en el CEIT, en una jornada impulsada por SPRI, la agencia de desarrollo empresarial dependiente de Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad. Fast Track es un potente instrumento de ayuda ya que tiene 200 millones de euros de presupuesto para 2015 y 2016, uno o dos millones por proyecto. Se contempla una subvención de un 70%.

“No es un programa para pymes, pueden participar pero siempre dentro de consorcios. No puedes participar solo”, ha precisado Pilar Cervero, de la agencia ejecutiva para pymes Easme.

Fast Track persigue reducir el tiempo de la idea al mercado, estimular la participación de nuevos solicitantes a los fondos de investigación de la UE y aumentar la inversión del sector privado en la investigación y la innovación. El plazo para la presentación de propuestas para esta iniciativa piloto se abrió el 6 de enero y se han acordado tres fechas de corte para su evaluación en el año 2015: 29 de abril, 1 de septiembre y 1 de diciembre. Se espera que se puedan aprobar unos 50 proyectos cada uno de estos dos años.

“Se conceden uno o dos millones por proyecto. Pero no financiamos más de 3 millones por proyecto”, ha afirmado Pilar Cervero, quien ha insistido en que los proyectos deben estar presentados por diversos socios integrados en un consorcio. “Spinoffs, starups, pymes de menos de dos años no pueden participar como coordinadores, pero si como socios o subcontratados”. Cervero ha señalado que la propuesta, a diferencia de otros proyectos europeos de innovación, tiene que estar terminada. “No se puede negociar ni mejorarla. Se pide bastante excelencia y un producto muy determinado”.

Arturo Anton, de SPRI, ha incidido en las exigencias para acceder a este programa. “En Europa puede haber 2.000 propuestas y pasan en cada corte 20 proyectos, por lo que es complicado y se debe formar un buen consorcio con papeles bien definidos de cada socio. Tiene que partir de una tecnología madura y es obligatorio el plan de negocio”.

En la jornada se ha enfatizado que el producto o servicio que se presente debe estar “casi preparado para entrar en el mercado, cosa que no sucede con el instrumento pyme”, otra ayuda europea.

Mikel Alba, consultor de EU-MAN, ha destacado que son proyectos de negocio, no de I+D. “Son una herramienta para ganar millones de euros”.

Daniel Pardo, de la empresa Farsens dedicada a sensores inalámbricos y que logró ayudas europeas a través del programa Instrumento pyme, ha afirmado que se debe interiorizar que el proyecto que se presenta “es invertible”

Peter Kramer, de la ingeniería MSI, centrada en los sectores del metal y el agua, ha comentado que su proyecto fue rechazado tres veces en Europa y ha aprendido que el producto debe demostrar númericamente su valía para el mercado y contar con un socio tecnológico.

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