Plan de movilidad al trabajo, una ventaja competitiva para todas las empresas

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En el País Vasco, son obligatorios para empresas de más de 100 trabajadores, pero la implantación de planes de movilidad al trabajo reporta ventajas para todos los negocios

Ahorros en consumo y en materia laboral son algunos de los capítulos de gasto que se benefician de la implantación de planes de movilidad al trabajo en las empresas

Los planes de movilidad al trabajo han centrado el curso de verano que anualmente organiza el Clúster de Movilidad y Logística de Euskadi para la Universidad del País Vasco. En Euskadi, son obligatorios para empresas con más de 100 trabajadores pero, de forma general, constituyen un factor de competitividad que repercute no sólo en beneficio del medio ambiente, sino también directamente en la economía de las empresas y de los trabajadores. Así se desprende de una sesión que ha contado con expertos en normativa del Gobierno Vasco y de la Dirección General de Tráfico; y con representantes Mubil, Ingartek y Sener.

La jornada arrancaba contextualizando los planes de movilidad como una herramienta que se suma a diversas legislaciones y normativas en materia de sostenibilidad. Su objetivo es reducir el impacto medioambiental de los desplazamientos al trabajo. En Euskadi, este propósito ya se recoge en la Ley de Sostenibilidad Energética y en la normativa que la desarrolla, que aplica a empresas industriales de más de 100 trabajadores por turno. Además, se incluye en el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible. A nivel estatal, la Ley de Economía Sostenible de 2011 ya los enunciaba y se desarrollaban en el anteproyecto de Ley de Movilidad Sostenible, que ha decaído con el adelanto electoral y la disolución del Parlamento, pero cuyos principios básicos se espera que se mantengan.

El contexto de los planes de movilidad al trabajo se completaba con su vinculación a otras iniciativas como las acciones de Responsabilidad Social Corporativa, el pasaporte digital de producto o los Objetivos de Desarrollo Sostenible, concretamente en lo que respecta a ciudades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima y salud y bienestar. Y se aludía también a la propia evolución del sector inmerso en la transición energética y también en la aplicación de soluciones y tecnologías cuyos fines son la eficiencia, respeto medioambiental y seguridad.

Tras el repaso de la situación y motivos que impulsan la adopción de planes de movilidad al trabajo, los asistentes tuvieron la ocasión de conocer las ventajas de su aplicación. En este sentido, se destacaba su incidencia no sólo en la competitividad de las empresas sino en el bienestar de los trabajadores, extensible a la sociedad. De este modo, se exponían medidas como la flexibilización de horarios de entrada y salida o el fomento del teletrabajo, que, sin constituir un gasto, contribuyen a la reducción de la congestión, del estrés o de los accidentes. Durante la sesión se destacaba que un 29% de los accidentes laborales se producen in itinere y un 14% de las víctimas de tráfico corresponden a desplazamientos por motivos laborales, con el coste humano y económico que ello supone. Ahorros en consumo energético y en bajas laborales son algunos de los capítulos de gasto que se benefician de la implantación de planes de movilidad al trabajo en las empresas. De cara a los trabajadores, jornadas continuas, flexibles o teletrabajo favorecen la conciliación o la socialización. Y en el marco social, la mejora de la congestión y de la contaminación atmosférica o acústica que implica, contribuyen a ciudades más amigables. Asimismo, se destacaba que las medidas de los planes de movilidad no tienen por qué suponer un coste adicional para las empresas: muchas de ellas, no tienen ninguna repercusión económica más allá de fomentar cambios de hábitos.

El curso finalizó con una sesión práctica y participativa, dedicada al desarrollo efectivo de un plan de movilidad. Según se expuso, este trabajo se organiza en tres bloques: recogida de datos y diagnóstico; informe descriptivo; y fijación de objetivos e indicadores. Respecto a estos últimos, se recomendaba que se puedan medir, que sean alcanzables y que se puedan conseguir en un plazo determinado porque, además, los planes deben ser una herramienta viva, actualizable cada cierto tiempo. Asimismo, se incidía en la importancia de elaborarlos mediante procesos participativos.

Desde hace seis años, con la colaboración de la Diputación de Gipuzkoa y Mubil, el Clúster de Movilidad y Logística de Euskadi organiza un curso de verano para la Universidad del País Vasco, siempre con el objetivo de promover la Movilidad Sostenible.

 

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